lunes, 19 de agosto de 2013

Kaizen

'Los niños perdidos' de Laila Ripoll, 'Nosferatu' de Francisco Nieva, 'Divinas palabras' de Valle-Inclán, 'La señorita Julia' de Strindberg, 'Junaanmi' de Mikel Rui: tantas y tantas obras forman ya parte de mi vida. Ha sido hoy, reorganizando y archivando obras cuando me he dado cuenta, lo que ha dado de sí este curso académico. 
Pensé en escribir esto hace bastantes meses. Conforme me iba sucediendo cada uno de los hechos. De manera totalmente diferente. Pero esperé hasta que llegara el mejor momento.
Sin concretar ni con el objeto de hacer saña: recuerdo este curso como uno de los años de mi madurez. Año duro donde los haya. He pasado por disputas; he sabido plantarme y decir no (hecho que recomiendo pongan en práctica, les hará mejores); conversar; he sabido rectificar; pedir perdón cuando debía; sufrir; recomponerme; conocer el amor de nuevo; escuchar falacias sobre mí; sonreír; ser generoso; decir la verdad; afrontar los errores a la cara; y, sobre todo, aprender el significado de la palabra, kaizen.
Visualicemos el futuro, vivamos el presente y archivemos el pasado. Porque es eso, algo que te aportó, que te ayudó a crecer positiva o negativamente, pero que ya forma parte de nuestras vivencias personales.


Domingo Campos Migueles

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