¿Saben una cosa? Hoy me voy a la
cama muy nostálgico. Llevo toda la tarde y parte de la noche con mi trabajo fin
de estudios: escuchando, transcribiendo, enviando correos, leyendo, entre otros
quehaceres del susodicho. Después de unas seis horas, el delirio de las letras
me llevó a recordar viejas experiencias con mis compañeros y compañeras. Vi
fotografías y vídeos de cada uno de estos ya más de cuatro años desde que
comenzamos. Hoy, con alguna que otra lágrima en los ojos, y pasada la una y
cuarto de la madrugada, quiero deciros: GRACIAS. Gracias por compartir cada uno
de los momentos en los que habéis estado conmigo: en clase, en el teatro, en la
calle, donde bien nos encontrásemos. Gracias por hacerme sonreír, por hacerme
disfrutar, por conseguir que me desinhibiera no solo encima de un escenario…
gracias por jugar al teatro conmigo.
Reflexiono y pienso en la oscuridad,
¿por qué he de aguantar que me digan: “Tú no estás capacitado para llevar a
cabo este estudio”, “Tu entrevista es una barbaridad”, “Tú lo que quieres es
que nosotros te hagamos el trabajo”, “Creo que este tema se te va de las manos,
te pierdes”? No señoras y caballeros, no sé cuál será su verdad, pero lo que sí sé es que tengo las agallas para estudiar sobre la
calidad del centro educativo que me ha dado todo lo anterior. Yo sí quiero mejorar. Quiero y añoro
todo lo que el Palacio de las Quemadas me ha transmitido y ayudado, tal y como
ha quedado escrito. Por tanto, deseo que al igual que le ha pasado a mi
promoción y a mí, futuras promociones puedan ser felices, con más calidad, en
Blanco Belmonte. No quiero hacer sangre, que les quede claro de una vez. Solo
quiero hacer un regalo a la Escuela por todo lo que ésta me ha dado a mí.
Gracias promoción, gracias
compañeras y compañeros.
Domingo Campos Migueles