martes, 11 de enero de 2011

Violencia sexual en Haití: los campamentos de desplazados, una trampa para mujeres y niñas

Un muchacho entró detrás de mí y abrió la puerta. Me amordazó con la mano y yo hice lo que quiso […] Me pegó. Me dio puñetazos. No acudí a la policía porque no conozco al muchacho, no serviría de nada. Estoy realmente triste todo el tiempo […] Tengo miedo de que vuelva a ocurrir


Machou (nombre ficticio) es una chica de 14 años, fue violada en marzo de 2010 en un campamento improvisado al suroeste de Puerto Príncipe.


El 12 de enero de 2010 un terremoto sacudió Haití causando la muerte de 230.000 personas y arrebatando los hogares de más de 2 millones de personas. Después del seísmo, quienes vieron sus casas convertirse en escombros levantaron campamentos improvisados. Un año después más de un millón de personas continúan viviendo en estos campamentos.

La fragilidad de estas estructuras y el caos sobre el cual están organizados los han convertido en una trampa para las mujeres y las niñas que viven en ellos, dejándolas más expuestas a la violencia sexual y de género. En los primeros 150 días tras el terremoto se denunciaron más de 250 casos de violación en varios campamentos, y se cree que ésta cifra es sólo una pequeña muestra de la realidad, ya que muchas víctimas tienen miedo a denunciar o creen que el hecho de denunciar no va a conllevar ningún cambio en su situación.

En los campamentos, las mujeres y niñas deben aprender a vivir con la constante amenaza de la violencia sexual. En cualquier lugar del campamento pueden ser asaltadas por bandas o individuos armados que van a abusar de ellas. La ausencia de vigilancia policial en los campamentos es un factor clave en el aumento de estos asaltos. Además, la destrucción de comisarías y juzgados hace todavía más difícil denunciar e investigar casos de violencia sexual, transmitiendo un mensaje de impunidad a los agresores que saben que no se les va a pedir responsabilidades por sus acciones.

Esta situación no puede continuar. La protección de las mujeres y las niñas en los campos de desplazados en Haití debe ser una prioridad tanto para el gobierno de Haití como para la comunidad internacional involucrada en esta reconstrucción.

Amnistía Internacional

jueves, 6 de enero de 2011

¡No seas inocente!

El Gobierno esconde la verdad cuando habla de la reforma de las pensiones públicas

El Gobierno dice que es inevitable aumentar la edad legal de jubilación a los 67 años (aunque lo quiera hacer con flexibilidad)
No es cierto.
España es uno de los países de Europa con una edad “real” de jubilación más alta (63 años y 10 meses) y cercana a la edad legal.

El Gobierno dice que el aumento de la esperanza de vida (habrá más pensionistas en el futuro) hace necesaria la reforma.
No es cierto.
Es verdad que habrá más pensionistas, pero también es verdad que habrá más cotizantes y con cotizaciones más altas. El problema no es demográfico, sino de voluntad política. Se pueden hacer cotizar los contratos que están en la economía sumergida, se puede evitar que las mujeres ganen un 30% menos que los hombres y, por tanto, coticen menos, se puede elevar el salario mínimo (uno de los más bajos de Europa), se puede hacer cotizar las becas (en su mayor parte son contratos laborales encubiertos) se pueden elevar las cotizaciones máximas (la base más alta son 3.198 euros/mes; a partir de ahí ya no se cotiza más).

El Gobierno dice que el gasto en pensiones es muy alto.
No es cierto.
En 2011 gastaremos en pensiones contributivas en torno al 10% del PIB. En 2040, el 14%. Hoy hay ya países como Italia que ya gastan ese 14 %. Francia gasta ya el 12%. Nuestras pensiones medias son de las más bajas de Europa y el número de pensionistas comparado con la población también es de los más reducidos. Incluso en períodos de crisis como el actual y con 4,5 millones de parados, la Seguridad Social tiene superávit y el Fondo de reserva está aumentando hasta alcanzar casi los 70.000 millones de euros.

El Gobierno dice que las medidas que se toman ahora son para consolidar el sistema y garantizar las pensiones del futuro.
No es cierto.
La realidad es que las medidas que se toman tienen por objetivo reducir las pensiones y así lo expresa el Gobierno en el compromiso contenido en el Plan de Austeridad enviado a la Comisión Europea. El aumento de la edad de jubilación significa que todos cobraríamos dos años menos de pensión, con el consiguiente ahorro (que se estima en un 6%) y el aumento de los años de cómputo para determinar el importe de la pensión, de los actuales 15 años a 20 o 25, significa que todos cobraremos pensiones más bajas (entre un 5 y un 10% menos) porque los salarios más antiguos eran más bajos.

El Gobierno dice que defiende el sistema público de pensiones.
No es cierto.
Lo ha entregado a los mercados, que tienen nombre y apellidos. Son los bancos y las compañías de seguros. Se pretende un modelo asistencial, es decir unas pensiones públicas mínimas y el resto con complementos de los seguros privados.

Todo ello parece una mala inocentada de fin de año. Pero no lo es.

Sólo la lucha y la movilización puede impedir que toquen las pensiones imponiendo su reforma dentro de un mes.

Izquierda Unida